La conquista del Altoaragón
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El reino de Aragón
raíces en el siglo IX
El reino de Aragón tiene sus raíces en el siglo IX, en el primitivo condado de Aragón, que fue anexionado por el reino de Pamplona.
Tras la muerte de Sancho III el Mayor de Pamplona, Aragón nació como reino de la mano de Ramiro I (1035-1063), su primogénito aunque bastardo.
Este fue el primer monarca del reino de Aragón. Durante su reinado, Ramiro I consolidó el poder en la región y expandió el territorio.
Uno de sus mayores logros fue la conquista de la ciudad de Graus. Su hijo Sancho Ramírez (1063-1094) le sucedió a su muerte.
Durante su reinado, amplió los dominios del reino, ampliando las conquistas siguiendo los cauces de los ríos Gállego y Cinca.
Así, conquistó la plaza de Monzón en 1089 y levantó el castillo de Montearagón para expugnar la ciudad de Huesca, a cuyas puertas murió en 1094.
También tuvo una importante participación en la Reconquista, colaborando con otros reinos cristianos como el de Castilla.
Castillo de Montearagón
fortaleza musulmana o puesto avanzado de defensa
Es posible que, originalmente, en el lugar donde se encuentra el Castillo de Montearagón existiera una fortaleza musulmana o puesto avanzado de defensa.
Esta fortificación debió ser construida durante el dominio musulmán de la región como parte de la defensa de la frontera norte del Emirato de Córdoba.
El área fue conquistada por las fuerzas cristianas dirigidas por el rey Sancho Ramírez de Aragón a finales del siglo XI.
Aprende sobre la historia del Castillo de Montearagón y su papel en la defensa del reino
Montis Aragonis
una fortaleza
En este proceso, se construyó una fortaleza sobre este promontorio con el nombre de «Montis Aragonis», para servir como una posición estratégica clave en la conquista de Huesca y la parte occidental del Altoaragón.
Bajo el reinado de este mismo rey y el de su hijo, Pedro I, el castillo se convirtió en el Monasterio fortificado más importante del reino, con una comunidad de canónigos regulares bajo la norma de San Agustín, dotándose de decenas de iglesias, monasterios menores y privilegios, lo que le valió la existencia de conflictos con el obispado de Huesca recién reinstaurado.
Texto: Darío Español-Solana